- ¡ Aló, mamá!... ya estamos aquí... si, nos fue muy bien, gracias ... - El carro avanza, rápido, muy rápido, tan rápido como se puede. La calle está vacía, se puede rápido, va solo, la música suena duro, muy duro, tan duro como se puede. El bajo sigue retumbando y por el panorámico pasan imágenes inconexas a toda velocidad, un edificio, luces blancas, luces rojas, ¡uf..la caseta de los dulces!, ¡mierda... el poste!, otra vez las luces, el piso mojado, blancas, rojas, blancas... todo da vueltas. - Si... muy interesante, toda la semana en el seminario de formaciones musicales y el viernes salimos hacia Filandia a visitar a Jenny que está allí haciendo el rural... si, donde grabaron la novela... - Hace frío y llueve un poco, tiene medio cuerpo fuera del carro y la cabeza mojada. Está sentado sobre los vidrios del panorámico, con las piernas dentro del carro y la mano derecha aun aferrada al timón - tengo que volver al hospital -, casi no hay gente en la calle, e...
Cómo es que no se llena este espacio con comentarios a manera de aplausos por tantos motivos!!: Por esa voz afinada, bella y adulta o por tener (o haber tenido) un abuelo que le tomara fotos al paisaje.
ResponderEliminarGracias... que palabras tan bonitas...!!!, el de las fotos es mi papá... siempre le he dicho "mi viejo" (incluso antes de que lo fuera).
ResponderEliminarHola Tatiana, sin duda eres una gran mujer. Qué bonito el trabajo que haces con las comunidades. Es conmovedor ver cómo te entregas al trabajo a pesar del dolor que eso pueda representar. Claro que también viene acompañado de muchas satisfacciones.
ResponderEliminarTu voz también es muy bonita. Orizel Ll.
Hola Orizel ! Muchas gracias por tus palabras y por esta visita... A estas alturas, después de tantos años, estoy convencida de que son muchas más las alegrías y aprendizajes que los dolores. Por eso aquí sigo... Y no sólo yo... Somos un equipo grande de gente convencida de que vale la pena... Siempre vale la pena.
ResponderEliminarTe mando un abrazo
Tatiana