El segundo post

Sabía que iba a pasar, tal vez por eso me resistí durante tanto tiempo. Escribir unas líneas y publicarlas como post en un blog era adquirir un compromiso mayor, ahora debo escribir otro y otro, y así sucesivamente. No es que alguien me lo imponga, no, soy yo misma. No puedo resistirme después de haber publicado el primero, aunque no me resulte fácil escribir el segundo. Tal vez si mi amiga no hubiera dicho que se trataba de "el primero", entonces sería simplemente "el único" y hasta ahí hubiera llegado el blog. Pero ahora no puedo evitarlo, es un efecto singular que producen en mi las secuencias. Efecto que se expresa en la necesidad irrefrenable de continuarlas y completarlas, a veces de manera infinita hasta quedar atrapada en el círculo. Musicalmente es el mismo efecto producido por el ritmo, secuencia que se repite de manera cíclica en el tiempo, secuencia que nos embruja y nos atrapa en otra dimensión, en un eterno presente.


De allí la importancia del segundo post, este define en mucho el carácter de la secuencia y, por lo tanto, mi propia expectativa. Al escribirlo así de alguna manera anticipo el tercero y, como una forma de romper el conjuro, finalmente opto por no seguir una secuencia. Me libero del yugo opresor de la expectativa, emprendo el camino y dejo abierta la posibilidad a lo inesperado...



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