Minueto en Sol Mayor

Ese año, al cumplir los 9, me regalaron el piano. Era un piano vertical, muy fino, maravilloso. Mi papá me enseñó a admirarlo, no solo por su capacidad de producir sonidos bellos, sino por el ingenio implícito en su mecanismo. Palancas, martillos, correas de transmisión y fieltros que se movían de manera sincronizada y, en un acto mágico, adquirían el poder de transformar el sonido en música y la música en felicidad. 

El minueto en Sol Mayor de Beethoven fue la primera pieza que pude tocar en el piano para acompañar a mi papá en el violín. Con esa pieza sellamos un pacto de complicidad entre los dos que duraría para siempre. 

Hoy, nuevamente, mi papá anda forcejeando con la muerte, su corazón está cansado y hace unos días amenazó con dejar de latir. Con esta pieza, en una de las versiones que más me gusta, hago un homenaje a mi papá y a su increíble capacidad de hacer de mi una persona feliz.

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