Presentes
Sin importar cuánto hayan vivido, es increíble lo poco que dura la vida de algunas personas. Es la maravilla de las vidas bien vividas que logran hacer tanto, por tantos, con tan poco y en tan corto tiempo. Es la vida que se toma su tiempo, mucho o poco, el que sea necesario. Carlos pasó por nuestro tiempo como un destello, y al final, sin siquiera imaginarlo, el halo que había dejado a su paso cambiaría para siempre la vida de tantos tantos otros, incluso la de quienes no llegamos a conocerlo. El día en que lo despedimos, con las manos entrelazadas y el corazón dispuesto, sus amigos sellaron un pacto de amistad para la eternidad, su propia eternidad. Ese día lloramos todos sin parar, nos abrazamos a nuestros pequeños hijos conmovidos con su profundo dolor y, aterrados ante la insoportable idea de su propia muerte, nos aferramos a la seguridad de un presente irrepetible e irremplazable. Ese día lloramos todos, lloró el cielo, lloró el tiempo. Dolor En tan solo ...