El agua que nos da la vida
El 2011 fue un año para pensar en el agua y en la vida. Las lluvias, sumadas a una mala gestión ambiental, inundaron gran parte del país y desataron una de las peores crisis humanitarias en Colombia. Millones de personas lloraron viendo como el agua se llevaba lo poco, o mucho, que tenían. Por otra parte, ante la dramática posibilidad de que la industria minera pueda acabar con nuestras reservas acuíferas en los páramos y en las zonas rurales, salimos a las calles y gritamos. Gritamos en Bogotá, en Bucaramanga, en Tabio y en otras poblaciones del país. Gritamos con la convicción de quien ve su presente y su futuro seriamente amenazado. Gritamos que preferimos quedarnos con el agua, que nos da la vida, y no deslumbrarnos con el brillo vanidoso del desarrollo consumista. Y como si no pudiera ser de otra manera, mi 2011 terminó con un homenaje al agua y a la vida frente al glaciar Perito Moreno en Argentina. Fotografía: Tatiana Duplat Para qué palab...